El 26 de abril de 1903 el Athletic Club de Madrid nació como sucursal
del Athletic Club de Bilbao reunidos sus fundadores en la Sociedad Vasco-Navarra
de Madrid, sita en la calle La
Cruz, 25. La reunión comenzó en la noche del 25 y acabó en la madrugada del
26. Eduardo de Acha explicó el proyecto de actuar como sucursal del Athletic
Club en Madrid e indicó que había que nombrar una Junta Directiva. Diversos
asistentes le propusieron como presidente, pero Ricardo de Gondra postuló a Enrique Allende como primer mandatario.
Sus argumentos convencieron a muchos ya que Allende disponía de bastante dinero
y podría ser un mecenas para el club; varios de los asistentes dialogaron con
Allende quien aceptó el cargo. Luego, se realizó esta nota informativa que fue
leída y firmada por Eduardo de Acha:
“La Sociedad de football que
fundamos en Madrid está basada en los artículos siguientes:
1º. Que la Sociedad sea una sucursal
del Athletic Club de Bilbao.
2º. Que se regirá por el mismo reglamento que
ella, como tal sucursal.
3º. La cuota mensual será de 2,50 pesetas,
idéntica a la citada Sociedad.
4º. Que el socio de esta Sociedad tendrá
derecho a serlo del “Athletic Club” Bilbao sin pagar la cuota de entrada y
recíprocamente
5º. Se adelantarán las cuotas de los meses de
mayo, junio, julio y agosto, a fin de dejar ultimadas las compras y arreglo del
campo, así como pelotas, etc.
6º. Importante. Siendo esta Sociedad una
sucursal del Athletic Club de Bilbao, ambas sociedades se consideran una misma;
por lo tanto no podrán jugar en contra en ningún campeonato.
7º. Los que quieran formar parte de esta
Sociedad como socios fundadores lo verificarán antes de transcurridos los
treinta días siguientes a la fundación, sin pagar cuota de entrada. Pasado este
plazo, la cuota de entrada será de 25 pesetas.
8º. La Junta por la cual empieza a regirse esta Sociedad
es la siguiente:
presidente, Enrique Allende; vicepresidente,
Juan de Zavala; secretario, Eduardo De
Acha; tesorero, Enrique Goiri; vicesecretario, Juan de la Peña; vocales, Adolfo
Astoreca, Juan Murga, Darío Arana y Alberto Zarroa”.
El Athletic Club de Madrid nació el 26 de
abril de 1903 fruto de la iniciativa de unos estudiantes vascos (la mayoría de
Ingenería de Minas) residentes en Madrid junto a algunos socios disidentes del
Madrid F.C tras la celebración de la final del Campeonato de España. Al principio, el club madrileño dependió
del Athletic Club de Bilbao, no disputó partidos oficiales contra ellos y le
cedió varios jugadores para el Campeonato de España. Esta situación cambió
con el transcurso de los años porque los madrileños crecieron y alcanzaron su
independencia. Además, el At.Madrid lucho para hacerse un hueco en la afición
madrileña que, en un primer momento, no le aceptó tan bien debido a su
ascendencia vasca.
El 2 de mayo de
1903, se disputó el primer partido del
At.Madrid. La
revista madrileña “El Cardo” lo
corrobora: “ El día 2 de mayo se jugó en el campo que tenía detrás del Parque
del Retiro el disuelto “New” el partido de inauguración de la nueva Sociedad que
lleva por título el de “Athletic Club” en Madrid “. Al campo del Retiro o de Menéndez Pelayo,
acudieron 24 socios del Athletic y se
formaron dos equipos de 12 jugadores; no resultaba apropiado dejar a dos asociados
de la entidad sin participar en el primer partido que se disputaba bajo el
nombre de Athletic Club de Madrid. El árbitro fue el tesorero del club, Enrique
Goiri; uno de los conjuntos vistió camiseta blanquiazul y pantalón negro en
tanto que el otro bando lució camiseta y pantalón blancos. No hay constancia
del resultado del encuentro que presenciaron unos pocos amigos de los
jugadores.
El primer uniforme
del club madrileño
fue camiseta blanquiazul, a grandes rayas verticales, y pantalón negro y, a
veces, también blanco. Había adoptado los colores de su progenitor, el Athletic
Club de Bilbao ya que el rojiblanco y el apodo de colchoneros llegarían unos
años después.
En aquellos tiempos, los clubes funcionaban de una forma
totalmente distinta a hoy en día. Los socios ponían el dinero y el esfuerzo
diario para mantener a flote a su Sociedad. Entre ellos escogían a los más
aptos para formar la
Junta Directiva y los equipos del club. El presidente era uno
más, pero con la responsabilidad de dirigir la entidad. La figura del
entrenador no existía pues los equipos los formaba el capitán con la colaboración
de los jugadores con más experiencia de la Sociedad. Cada club
tenía un primer, un segundo y un tercer equipo en orden a su calidad
futbolística.
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