Daimiel se moja sobre la gestión y la situación del At.Madrid. Nunca ha sido un periodista lameculos que apoya al poder, al contrario Daimiel siempre ha sido crítico. Os dejo algunas perlas cultivadas de esta entrevista:
¿Cómo ve el cambio de estadio?
Si supiera que va a servir para mejorar el aspecto deportivo no tendría ningún problema. No soy muy romántico, creo que hay que modernizarse, pero es que no me creo que se vayan a utilizar hipotéticos nuevos recursos para mejorar. No he visto nada en los últimos 23 años que lo avale.
¿Cómo recuerda el 'Doblete'?
Empezaba a trabajar de madrugada... Lo disfruté muchísimo a pesar de que notaba que, lo que yo llamo el 'Panmadridismo' trató de infravalorarlo. El mejor año de mi vida como seguidor.
Eso queda lejos…
Hoy en día es muy difícil ser del Atlético, no ya por el presente, que es malo, sino porque la ilusión a medio plazo no existe.
No se le ve muy optimista…
Un proyecto sería una solución pero no hay condiciones para plantearlo. La realidad es que, el Atlético, en los últimos 23 años ha tenido más entrenadores que en el Liverpool en toda su historia. Hasta el año 87, uno de cada cuatro años estaba entre los dos primeros de Liga o jugaba una final de Copa.
¿Hacia dónde apunta?
Hay jugadores, entrenadores y directores deportivos, que antes y después de pasar por el Atlético han rendido más y mejor que aquí. Es una cuestión más profunda, estructural del club.
¿La gestión?
A mí lo que me extraña es que un club con esta historia, tan poco prolífico en títulos en estos años y si, como nos cuentan, es tan ruinoso, no cambie de manos. No entiendo cómo los dueños no hacen lo imposible por deshacerse de él.
A lo mejor no hay interesados…
Creo que sí. Soy optimista respecto al poder social de este club. Sé por mi trabajo que el Atleti es el tercer club con diferencia en cuanto a recaudación. En Madrid y en toda España hay un apoyo, que me parece un milagro. Algo se podría hacer.
¿Se ha perdido el espíritu del Atleti del que usted se hizo aficionado?
Yo me hice de este equipo pensando que era uno de los grandes. En la manera que se ha ido reaccionando a los problemas no ha sido la más positiva. Uno de mis jefes decía que Dios es del Real Madrid e incluso yo me lo creí. Decía que cuando juegan los blancos todo era bonito y que cuando juega el Atleti todo es feo… En una ciudad en la que es tan difícil lidiar con eso, el rojiblanco tiene que demostrar cierto orgullo para imponer una historia, un sentimiento, una forma de entender el fútbol. Durante este tiempo ha faltado eso. Se ha alimentado el victimismo, incluso desde el propio club con sus campañas, y eso al final ha creado una psicosis que se ve en el aficionado y el jugador.
¿Cómo se le explica a un extraño que no se arroja la toalla?
A cierta edad uno ya no cambia. Cuando se bajó atravesé una crisis. No porque descendiésemos, sino por cómo se reaccionó. No se hicieron bien las cosas y aún así se doblaron los abonados. En la vida todo tiene un límite, hay que exigir responsabilidades.
¿Qué le gustaría contar del Atlético de aquí a 10 años?
Me gustaría contar que hubo un movimiento social que hizo que la propiedad del Atlético se repartiera entre miles de aficionados