miércoles, 3 de octubre de 2012

LOS PRIMEROS EXITOS DEL ATHLETIC CLUB DE MADRID

En 1921, el Athletic Club de Madrid ganó el Campeonato Regional de Centro por primera vez en su historia lo que le clasificó para el Campeonato de España (La Copa). En aquella época sólo acudían al Campeonato de España los campeones de cada región, a saber: Cataluña: F.C.Barcelona; Centro: At.Madrid; Guipúzcoa: Real Unión Irún; Vizcaya: Athletic Club de Bilbao; Galicia: Fortuna de Vigo; Asturias: Sporting de Gijón; Levante: RS Levante (Murcia); y Andalucía: Sevilla F.C.


En los cuartos de final, los rojiblancos se debían enfrentar al Barcelona, campeón vigente. Sin embargo, el Barcelona se retiró de la competición enojado por la designación de Sevilla como sede de la final por parte de la Real Federación Española de Fútbol; los azulgranas consideraban que la final debía jugarse en su estadio y mucho más cuando los sevillistas se habían retirado en la pasada edición cuando se enfrentaron a ellos mismos. El Athletic accedió directamente a las semifinales.

En las semifinales, el bombo emparejó al Athletic con el histórico Real Unión de Irán. Los vascos partían como los indiscutibles favoritos para clasificarse para la final, mas el Athletic sacó su genio y dio la gran sorpresa del Campeonato de España de aquel año. El 17 de abril, se disputó el partido de ida en el campo de Amute en un día clásico del norte de España: lluvia torrencial y campo encharcado. Jugaron por los madrileños: Durán, Pololo, Olalquiaga; Escalera, Fajardo, Olarreaga; Amann, Tuduri, Triana, Del Río y Luis Olaso. El Athletic planteó el choque a la defensiva saliendo al ataque en peligrosos contragolpes. Tuduri marcó los dos goles rojiblancos y el Athletic ganó por un merecido 2-1 en un terreno de juego convertido en un auténtico lodazal. El diario madrileño “El Liberal” comentó:”El Athletic Club ha vencido en toda línea a los gallitos del norte, a los invencibles iruneses, a los que, según ellos, habían de ostentar, este año el Campeonato de España. Los bravos chicos de “la tela del colchón” han demostrado que son muy grandes, a pesar de su corta estatura y se han hecho acreedores del agradecimiento de los aficionados madrileños que les recibirán el próximo domingo del modo que en justicia merecen”.

El 21 de abril, se jugó el encuentro de vuelta en un lleno O´Donnell (unos 15.000 espectadores). El Athletic se impuso por 5-2 merced a los tantos de Olalquiaga, Fajardo y Triana (3). Formaron el once rojiblanco: Durán, Olalquiaga, Pololo; Escalera, Fajardo, Olarreaga; Amann, Tuduri, Del Río, Triana y Luis Olaso. Al cuarto de hora ya vencían los iruneses por 2-0 merced a los goles de Marioterna y Patricio; un resultado que apeaba a los locales. En el minuto 65, Olalquiaga marcó de penalti igualando la eliminatoria. A partir de aquel momento, el equipo madrileño se hizo dueño del partido por juego y rabia, y de la mano de un Monchín Triana excepcional (en uno de sus goles regateó a medio equipo vasco incluido a su portero, Muguruza; al término del partido fue llevado a hombros por los espectadores) los rojiblancos remontaron el partido; los tres tantos de Triana y otro de Fajardo metieron a los locales en la final.

El Athletic había alcanzado el hito más importante de su corta historia: la final del Campeonato de España. En ella, esperaba el Athletic Club de Bilbao. Un enfrentamiento entre padre e hijo, central y sucursal. El Athletic madrileño no sumaba ningún título copero mientras que los vascos contaban con siete campeonatos y cuatro subcampeonatos.

Sobre la directiva madrileña llovieron presiones para que la final se celebrase en Bilbao. Los vascos esgrimieron los argumentos de la paternidad del club bilbaíno, la fraternidad y el “sucursalato”, además del temor de acudir a Sevilla por la reciente polémica semifinal entre vascos y sevillistas. Ruete aceptó jugar en Bilbao lo que marcó su declive en el Athletic ya que los socios madrileños nunca le perdonaron que accediese a jugar en San Mamés. Aun así, continuó en la presidencia dos años más sostenido por su indudable prestigio personal.


Ruete, junto a sus directivos, acompañó al equipo y recibieron un maravilloso trato a su llegada a Bilbao: banda de música en la estación bilbaína, aplausos en las calles y convivencia fraternal. El 8 de mayo de 1921, comenzó la final del Campeonato de España entre los dos Athletic en el estadio de San Mamés. De común acuerdo, el Athletic Club de Bilbao vistió con su camiseta rojiblanca y pantalón negro, mientras que el Athletic Club de Madrid lució su indumentaria primitiva: camiseta azul y blanca a grandes rayas verticales y pantalón azul. El público acogió con una inmensa ovación al Athletic Club de Madrid. El campo bilbaíno se llenó con 20.000 espectadores. Antes de empezar el partido ambos equipos se fotografiaron juntos. Por el Athletic Club de Madrid jugaron: Durán, Pololo, Olalquiaga; Escalera, Fajardo, Olarreaga; Amann, Tuduri, Monchín Triana, Del Río y Luis Olaso. Mientras que el Athletic Club de Bilbao presentó este once: Rivero, Beguiristain, Hurtado; Pacho Belaúste, José María Belaúste, Sabino; Villabaso, Pichichi, Allende, Laca y Acedo. El Athletic Club de Bilbao venció por 4-1. El Athletic Club de Madrid se conformó con el subcampeonato de España de clubes, pues no pudo derrotar al Athletic bilbaíno en la primera final copera de su historia. La victoria se consideró justa, aunque el partido deparó alguna jugada polémica.

El periodista Manuel Rosón nos narra la final:

“Era natural que el público se mostrase partidista y así se manifestó a lo largo de toda la contienda. Marcó primero el Bilbao por medio de Laca [minuto 30], aquel caballeroso y simpático delantero, uno de los que han tirado a gol con más violencia y puntería, y empató Monchín Triana [Minuto 35] en una jugada personalísima. Y aquí se acabaron los afectos familiares. Hurtado, violento como siempre, cazó materialmente a Triana y lo inutilizó, en tanto que una entrada del académico Olalquiaga era sancionada con excesivo penalti que convirtió Chomín Acedo [Minuto 39]. Después, seguro ya el Athletic bilbaíno, se nos derrumbó el madrileño. Chomín Acedo logró el tercero, y Laca, el cuarto [ambos en la segunda parte]. Por cierto, que el balón rematado por él fue un centro recogido ya fuera de la línea por el extremo izquierda, el cual, por la noche en el banquete, lo reconoció noblemente. Estos banquetes de las finales, tienen la virtud de que se digan las verdades del barquero”.

3 comentarios:

futbollium dijo...

Curioso lo del banquete , se reunían los dos equipos al término del partido ?

Un saludo

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

En aquella época, se solían dar estos banquetes entre el Athletic Club de Madrid y el AThletic Club de Bilbao después de jugar un partido. Se llevaban muy bien y eran como hermanos. Desconozco si pasaba con otros clubes.

Adal dijo...

91 años y 1 día después de esa primera final importante del entonces Athletic de Madrid, se celebraría una nueva final entre aquellos dos contendientes, en esta ocasión el 9 de mayo de 2012 en la final de la UEFA Europa League en la que el Atlético ejerció como local en Bucarest derrotando a su antiguo club fundador